Justo a tiempo para la Extravaganza del Mariachi Vargas en diciembre pasado, Daniel Martínez, integrante por muchos años del Mariachi Vargas de Tecalitlán, lanzó su primer disco compacto como solista, que se titula Mundo Viejo y se subtitula De México Para el Mundo… Un Nuevo Compositor, en el cual se destaca como cantautor. En este artículo, Jonathan Clark entrevista a Daniel sobre su reciente lanzamiento, un CD que sería de interés para todos los aficionados al mariachi.
JC: Oye, Daniel. Hace muchos años, cuando yo te conocí, todavía no componías canciones. ¿Cómo surgió esta fase de tu trayectoria?
DM: Mi esposa Gloria ha sido la musa que descubrió este talento que tenía escondido. Un día, estaba componiendo algunos versos y me dijo: “¿Por qué no me haces una canción?” La hice y así comenzó todo. Como dice la canción, “Saliendo la primera, salen todas las demás”. Hasta el momento, tengo unas 100 composiciones originales. Algunas son mejores que otras, por supuesto.
JC: ¡Qué bárbaro! Así que al componer la primera, siguió brotando el manantial de tu inspiración.
DM: Compuse aquella primera canción en 2008, cuando tenía 51 años de edad y llevaba 22 años como integrante del Mariachi Vargas. Ahora tengo 57 de edad y llevo 29 en el grupo.
JC: Bueno, descríbeme cómo funciona tu procedimiento de composición.
DM: Primero, para hacer cosas buenas, tiene que venir la inspiración. A veces esto pasa cuando andamos de gira viajando en el camión. A veces sucede en el avión, ¡inclusive en la regadera! (se ríe) Ha habido ocasiones que me viene en el sueño alguna idea y me levanto a anotarla, para que no se me vaya. Normalmente, la letra y la música se me ocurren juntas. Procuro siempre cargar algún tipo de grabadora, sea celular o iPod, para que no se me olvide una idea importante. En la casa, armonizo la canción con la guitarra y grabo una maqueta —una especie de arreglo sencillo— y luego voy a registrarla. Pero no vayas a pensar que estas canciones me nacen ya terminadas. Normalmente tengo que hacer muchas revisiones e irlas puliendo para que queden tal como las quiero.
JC: ¿Nunca estudiaste formalmente la composición musical?
DM: No, es algo natural, pero sí tuve mucha asesoría de personas con mayor conocimiento, como los maestros Rubén Fuentes, Jesús Rodríguez de Híjar y Pepe Martínez. Tenía ciertas dudas acerca de la versificación. Algunos me decían, por ejemplo, que era obligatorio que las estrofas se compusieran de versos simétricos, con el mismo número de sílabas cada uno, de acuerdo con las reglas convencionales de la poesía. En cambio, el maestro Fuentes me enseñó que algunas de las canciones rancheras más bonitas contienen anomalías en ese sentido, y que se vale romper las reglas siempre cuando se haga con sentido y musicalidad.
JC: ¿Cuáles son tus más importantes influencias musicales?
DC: En primer lugar, la música mexicana; sobre todo, la del mariachi. También me gusta la norteña, la huasteca y otras músicas regionales, sin faltar los grandes tríos románticos. Además, me gusta la música folclórica venezolana, las orquestas norteamericanas de baile y el jazz. No soy muy afecto a la música de banda actual ni al rock. Me encanta la música clásica y la ópera italiana, aunque no entienda el idioma. Por cierto, mi hija Rocío Berenice es soprano y acaba de terminar la carrera de cantante en ópera, en la Escuela Superior de Música.
Toma en cuenta, Jonny, que ninguna canción es completamente original; todos estamos influenciados por distintas fuentes, hasta de manera inconsciente. Pero trato de no hacer canciones que se parezcan a las de otros autores.
JC: Éste es tu primer disco de larga duración, pero no la primera vez que se han grabado tus canciones, ¿verdad?
DM: Así es. La primera vez fue en 2009, en el disco La Inspiración de Sus Integrantes, del Mariachi Vargas, donde tuve la suerte de que incluyeran tres de mis canciones. Una fue colaboración entre mi compadre Pepe Martínez y yo. Eso me inspiró para que siguiera componiendo, con la intención de que algún día hiciera un disco propio.
JC: De tantas canciones originales que tienes, ¿cómo seleccionaste las 14 que componen este CD?
DM: Para empezar, elegí las canciones que creí iban a interesar más al público. Si compones una canción con un tema demasiado personal, la mayoría de la gente no se identifica con ella. Traté de escoger las canciones que hablan de la vida cotidiana —la experiencia humana compartida— y procuré mezclar los diferentes géneros y tiempos, para hacer un repertorio variado.
JC: Me imagino que te hubiera gustado grabar todo el disco con el acompañamiento del Mariachi Vargas.
DM: Por supuesto que sí, pero por razones económicas, ya que financié la producción yo mismo, opté por grabarlo en Guadalajara. Varios compañeros del Mariachi Vargas me apoyaron sin cobrarme un centavo. El estudio donde lo grabamos es de Miguel Ángel Barrón “el Gigio”. Por cierto, él mismo grabó todos los instrumentos de armonía, a través de doblajes. Creo que la producción salió de buena calidad.
JC: Te esmeraste como solista vocal en todos los números. También me llamó la atención unas voces contraltas en los estribillos de algunas canciones, que me parecen extraordinarias.
DM: A propósito, son dos cantantes los que me echaron esas contraltas (para mayores detalles, ver comentarios abajo sobre cada canción). Fue un dato que desgraciadamente faltó en el librillo del disco compacto. Si escuchas, es fácil identificar quién es quién. Uno es mi ex compañero Steeven Sandoval. ¿Qué puedo decir de él? Simplemente tiene una de las mejores voces dentro de la música de mariachi. El otro es mi compañero Fernando Velásquez “el Tomatón”, más conocido por su destreza como trompetista. La de Steeven es una voz educada, mientras que la de Fernando es más natural, lo que decimos en la usanza popular “una voz cuamielera”, refiriéndose al aguamiel, el néctar dulce del maguey. Es una voz campirana que la gente de provincia tiende a preferir. Mi intención fue remembrar el sonido de los grandes duetos de antaño, como Los Dos Reales, Los Dos Oros, Dueto Miseria; Dueto Azteca, Dueto Amanecer; Hermanas Padilla, Hermanas Huerta, Las Palomas y otros por el estilo.
JC: Observé que la mayoría de los arreglos los hizo Javier Carrillo.
DM: Él ha sido un buen amigo por muchos años, y me gusta mucho cómo escribe. No todos los grandes arreglistas son tan accesibles como él, y hacemos una buena mancuerna. Javier tomó en cuenta todas mis ideas e hizo los arreglos exactamente cómo yo los quería. Además, mi compadre Pepe Martínez y mi compañero Miguel “el Gigio” aportaron dos arreglos cada quien, que también son excelentes.
JC: ¿Cuáles fueron tus objetivos en hacer este disco compacto?
DM: Mi intención fue dejar un legado para mis colegas músicos —un disco del que yo me sintiera orgulloso—, para que el día en que ya no esté presente, tengan un grato recuerdo de mí. Me daría mucha satisfacción que este disco se escuchara y que otros cantaran mis canciones. Uno de mis sueños es que las grabaran artistas de renombre. Mi compañero Arturo Vargas ya me grabó “Alcanzando una Estrella” y Octavio Moreno de la Ópera de Houston me grabó “La Gitanilla” y “Sobraron las Palabras”. No es fácil promover este material, ¡pero estoy tocando puertas!
JC: Una última pregunta: A través de los años, ha habido muchos integrantes del Mariachi Vargas de apellido Martínez. Mucha gente supone que tienes parentesco con algunos de estos luminarios.
DM: Sería un honor tener parentesco con tan grandes personalidades, pero es mera coincidencia que nos apellidemos igual. Somos de diferente ascendencia.
JC: Bueno, Daniel, felicidades por lo que has logrado. Todos te deseamos mucho éxito en esta nueva faceta de tu carrera musical.
DM: ¡Muchísimas gracias!
JC: ¿Dónde podrían adquirir Mundo Viejo nuestros lectores?
DM: Pueden descargar el álbum en iTunes, Amazon.com y en otras tiendas internet de música digital. Se vende el disco compacto en todos los conciertos del Mariachi Vargas, o por correo a través de sandra@munozpublicrelations.com.
Comentarios de Daniel referente a las canciones
1. Elegí el nombre de la canción “Mundo Viejo” como título de este disco. Es una metáfora para los misterios de la vida y el planeta en que vivimos. Muchos científicos especulan sobre la edad de nuestro planeta, pero sólo el Creador podría saberlo. Tendemos a definir “nuevo” y “viejo” en términos de nuestra propia duración de vida, cuando en realidad nos convertiremos en polvo mientras el mundo siga su renovación perpetua. En este huapango, un par de flautas complementa el acompañamiento de mariachi.
2. “Gitanilla” se trata de una gitana de las que te leen la mano, adivinando la suerte. Cuando estás enamorado, quizá consultarías a una de ellas para consejos de amor. En el fondo, sabes que es una charlatana, pero te dice cosas que quieres escuchar y tú —en tu estado de euforia— las crees. Pero cuando se acaba la relación amorosa, te das cuenta que nada de lo que te decía era cierto. Una guitarra flamenca y un chelo acompañan esta canción de corte andaluz.
3. “Sobraron las Palabras” habla de las ocasiones en que tu ser amado se enoja contigo. Te hace reproches, pero te acercas cariñosamente y le susurras cositas bonitas al oído. Desvanece su coraje y se besan tiernamente. Un requinto complementa esta canción ranchera romántica.
4. Cuando yo era joven, cada que pasaba por la casa de cierta muchacha, suspiraba, soñando que algún día fuera mi novia. ¡Casi se me salía el corazón del pecho! “Un Suspirito” es una ranchera que escribí recordando aquellas pasiones juveniles de mis primeros amores. La voz contralta es la de Fernando Velásquez. Soy norteño, nacido en Coahuila, y agregué a este arreglo un acordeón para impartirle el sabor regional de mi tierra.
5. “La Cantina” es otra de mis canciones autobiográficas. ¿Cuántos hemos entrado a la cantina y tomado más de la cuenta con el afán de ahogar la pena de una decepción amorosa? Esta canción ranchera comienza de manera íntima, con arpa y guitarra; después entra el mariachi. Hace dueto conmigo Steeven Sandoval.
6. “El Río Bravo” es un tema que está siempre latente en la mente de los mexicanos y que está en las noticias casi a diario. ¿Cuántos se han dejado seducir por el sueño americano, creyendo que los dólares se barren con escoba, perdiendo trágicamente su vida al cruzar el río que divide nuestros países? Me hace la contralta Fernando Velásquez en este corrido norteño. El acordeón le da el sabor característico de la zona fronteriza.
7. En uno de muchos viajes que he hecho a Puerto Rico con el Mariachi Vargas, bajaba el avión, entrada ya la noche. El mar, en su espejo, reflejaba las estrellas de manera espectacular. En aquel momento surgió la frase “Puerto Rico, mantilla de plata”, y comencé a escribir “Puerto Rico, Isla Caribeña”, dedicado a ese paraíso antillano. A este bolero tropical me pareció preciso agregarle instrumentos de percusión. En el coro, canta el trío vocal de Fernando Velásquez (1a), Andrés González (2a) y Miguel Barrón (3a).
8. “Perla Tapatía” está dedicada a Guadalajara. Expresa el cariño que le tengo a esa ciudad y al estado de Jalisco. La idea me la dio mi compañero Andrés González. Una vez que estuvimos en Guadalajara en el Encuentro Internacional del Mariachi, me puse a escribirla en el cuarto del hotel. Es una combinación de son y canción, recordando a compositores como Pepe Guízar y Manuel Esperón. En el estribillo, canta el mismo trío de voces que en la canción anterior.
9. “Me Voy Lejos” es una ranchera tradicional que escribí en el autobús en una ocasión que viajaba por California con el Mariachi Vargas. Tiene un tema universal del desamor y la separación: “Me voy lejos, ya muy lejos, para no saber de ti. No quiero escuchar tu nombre, ni me vas a ver sufrir”.
10. “El Hijo del Huapanguero” es una secuela o tributo al famoso huapango “Rogaciano el Huapanguero”. Por cierto, los sones y huapangos son dos de mis géneros preferidos. Desafortunadamente, hoy en día se escucha poco material nuevo de esta índole. Hago hincapié que los músicos y compositores no deberían descuidar los géneros tradicionales que forman la base de nuestra música de mariachi. Un par de flautas complementa la orquestación.
11. A diferencia de los narcocorridos que están de moda, “Cuatro Velas y un Cajón” (“El Vicio Me Acabó”) es una advertencia drástica contra las consecuencias destructivas de la droga y el alcohol. Me acompaña un acordeón y la voz contralta de Steeven Sandoval.
12. “El Nogal” es una canción romántica que evoca la nostalgia de mi infancia en el rancho, cuando mi abuelita me sentaba bajo la sombra de un nogal. La vestí con el marco de la canción mexicana de principios del siglo XX, a la manera de Manuel M. Ponce, en un ritmo de danza que poco se escucha en la actualidad. La instrumentación incluye chelo, flautas y oboe.
13. En su temática, “Cantinero” tiene cierto parecido con “La Cantina”. Ambas canciones se tratan de la catarsis mediante el alcohol, en la tradición del inmortal compositor José Alfredo Jiménez, a quien siempre he admirado. Fernando Velásquez canta la voz contralta.
14. Cualquiera que haya estado enamorado debe identificarse con “Nidito de Amor”, un huapango de corte romántico. Como les decía, tengo una predilección por los huapangos.